La organicidad de la pastoral juvenil (parte 5)

De Adrián Díaz y Martín Cociancih.

En el número anterior esbozamos una propuesta de Pastoral Juvenil Orgánica (ver cuadro que se anexa) que pueda poseer distintas instancias que le permitan saberse inserta en el plan global de un proceso evangelizador:

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Cabe aclarar que el acceso que tengan los adolescentes y jóvenes a estas instancias puede ir variando. Por ejemplo, un adolescente puede iniciarse en este proceso en la instancia catequística porque los padres lo anotaron para una Catequesis de Confirmación, lo cual exigiría una catequesis kerymática en la que no se presuponga la fe del adolescente. O bien puede que el primer contacto se de a partir de un retiro, una convivencia o la participación en grupos juveniles. Es por eso que es importante que todas estas instancias, además de estar pensadas para acompañar la situación vital de cada adolescente y joven como cuestión básica, deben estar perfectamente interrelacionadas con otras para poder responder de forma holística a los cuestionamientos de estos sujetos en relación a sus procesos de fe.

Lo dicho hasta aquí hace que pongamos de manifiesto un dato que nos parece fundamental: en toda pastoral orgánica con jóvenes hace falta una comunidad de adultos; personas que explícitamente afirman su proseguimiento de Jesús como Maestro y Redentor, que actualizan su proyecto a través del acompañamiento de los jóvenes, adolescentes y niños en sus búsquedas de configuración identitaria.

Préstese atención, a su vez, que hablamos de comunidad de adultos y no solamente de adultos. Pues creemos que para viabilizar una pastoral orgánica juvenil es indispensable que los adultos encargados no sólo vayan a trabajar y se vean de vez en cuando para ver en qué anda cada grupo (como suele pasar con distintos concejos: como los Copapas, los equipos de catequistas o agentes de pastoral, por no hablar de los concejos directivos de los colegios), sino que entendemos que estos adultos animadores deben juntarse asidua y regularmente para dos cosas que se implican mutuamente: por un lado, rezar y compartir la vida y, por otro, pensar, decidir, planificar y evaluar las distintas estrategias pastorales.

Volviendo a las instancias de la pastoral orgánica, sostenemos, que en cada una de éstas están presentes todos los momentos del proceso evangelizador, pero, sin embargo, en cada una debe acentuarse un solo elemento que será sobre el que se centrarán las acciones y estrategias que se pretendan realizar.